En Facebook quieren tu dinero


Por mucho que los bancos se hayan esforzado en mejorar la usabilidad de sus páginas web, realizar operaciones en ellas es un proceso casi farragoso (de acuerdo, hay que hacer concesiones a la seguridad) y nada dinámico. ¿Os imagináis cómo sería chatear con un amigo, compartir un vídeo o subir tus fotos mientras consultas el estado de tu cuenta, realizas una transferencia o recargas tu tarjeta?

Resulta curioso que poco tiempo después de anunciar que retiraba su moneda virtual (que, por cierto, muchos ni sabían que existía), Facebook se proponga hacer realidad la “utopía” descrita en el párrafo anterior. El propósito de esta iniciativa conjunta con el Australia’s Commonwealth Bank es consecuente con la estrategia de crear una oferta de servicios tan completa que el usuario pase el máximo tiempo posible en el espacio controlado por la compañía de Mark Zuckerberg.


Existe una versión beta en funcionamiento desde marzo y probablemente se ponga a disposición de algunos usuarios este mismo año, permitiendo a aquellos que dispongan de cuentas bancarias realizar las operaciones más habituales (incluyendo el transferir fondos a sus amigos), dentro de la propia red social mediante una aplicación.  Corresponde al Australia’s Commonwealth Bank la delicada tarea de garantizar la privacidad y la seguridad de los datos, convenciendo de paso a los usuarios de que su dinero estará a salvo en todo momento.

Una vez puesta en marcha la iniciativa, Facebook propondría a otras entidades su adhesión, basándose en que la plataforma proporcionaría un mayor engagement a las instituciones financieras, permitiéndoles establecer relaciones “one to one” con sus clientes. Además, la red social ya cuenta con otras operaciones financieras disponibles, como Loyal3, una compañía de inversiones sociales que permite comprar acciones y valores a través de Facebook, con sólo tres clics y realizando una inversión mínima diez dólares, mediante un sistema llamado Customer Stock Ownership Plan (CSOP™).

Después de su convulsa salida a bolsa, de las últimas compras millonarias, de anunciar el lanzamiento de un teléfono para introducirse en el mercado de los dispositivos móviles… sorprende este nuevo movimiento de Facebook, una apuesta arriesgada cuyo resultado dependerá de su capacidad para demostrar a los usuarios que puede mantener su dinero a salvo y frenar la previsible avalancha de mensajes de phishing que llegarán a nuestros buzones. Eso sí, si sale bien la jugada, empresas de otros sectores e instituciones se podrían subir al carro, convirtiendo la idea de contratar seguros y pagar impuestos a través de esta red social en una práctica habitual.

Ya le hemos cedido gran parte de nuestra privacidad a Facebook, así que la pregunta del millón es: ¿terminaremos poniendo también nuestro dinero en sus manos?

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