La innovación permanente es la clave del éxito de las empresas


La innovación se considera uno de los ingredientes más importantes, si no el más importante, de la economía de hoy. Pero la innovación no puede ser sólo un objetivo. La innovación tiene que extenderse en el tiempo como un estado de alta productividad en el que una organización se esfuerza por innovar en todos los aspectos de su negocio, desde la gestión, divisiones, operaciones, clientes y proveedores.

Pero esta forma de ver la innovación requiere un planteamiento estructurado y uniforme que empieza en el CEO y conecta con toda la organización a través de la inversión tecnológica y la implementación. Por eso, la innovación continuada es un viaje, no puede ser sólo un destino, es algo que una empresa no puede dejar de hacer a pesar de conseguir los objetivos. Al final, tiene que ser un proceso continuado de reinvención, invención y descubrimiento.

Pero, ¿cómo se consigue esta innovación continua? Fast Company propone tres principios para ayudar a fomentar este tipo de innovación, apoyándose en personas que comparten ideas, comparan observaciones y proponen soluciones.

1. Disciplinas convergentes: las ideas no están aisladas, sino que aparecen en grupos que permiten que toda la organización actúe como una entidad. Es de especial importancia la convergencia de empresas y la gestión tecnológica para asegurarse de que ninguna unidad o división se queda fuera de esta oportunidad para capitalizar nuevas ideas y posibilidades.

2. Colaboración sin fronteras: todos los directivos, empleados y contratistas tienen una pieza del puzzle del que surgirá la nueva oportunidad de negocio. Los proveedores, socios, distribuidores y clientes también tienen un papel importante como fuente de información e ideas.

3. Estructura de negocio innovadora: no todas las organizaciones pueden desarrollar una cultura de desarrollo sin estructura. De hecho, la mayoría necesita de esta estructura para fomentar la convergencia entre disciplinas, gestión y unidades operacionales.

Aunque más allá de estos principios, las compañías y organizaciones tienen que desarrollar esta innovación sostenida a lo largo del tiempo, lo que requiere seguir unos pasos básicos:

1. Escucha nuevas visiones, innovaciones y conexiones externas para las nuevas ideas. Escucha al cliente. Escucha a tu organización.

2. Entiende quién es tu verdadero cliente y tu potencial cliente, qué necesita y qué quiere, qué querrá en el futuro y por qué todavía no se han satisfecho esas necesidades.

3. Organiza un equipo de innovación que incluya a aquellos con experiencia en innovación, organiza un programa de innovación y organiza los recursos e inversiones necesarias para solucionar el problema.

4. Crea un entorno y capacidades para innovar dando al equipo la posibilidad de que falle. Crea tantas soluciones alternativas como sea posible permitiendo el constante flujo de ideas innovadoras a lo largo de su ciclo vital.

5. Experimenta y aprende del fracaso. Haz muchos experimentos paralelos, escucha los criterios del cliente, lo que puede salir mal y nunca dejes que sean los que te aconsejan quienes toman el control.

6. Diseña los conceptos con los que dirigirte a los valores del consumidor, como el coste, el uso intuitivo, la facilidad de cambio y el sentido de mejora.

7. Implementa la decisión final. Consolida o elimina las alternativas competitivas para un número manejable de personas. Vuelve a inventar, probar y diseñar los conceptos e implementa el segundo estado del ciclo vital de la innovación, la manifestación.

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