El usuario, esa especie en peligro


“Seguimos moviéndonos con lentitud con respecto a las oportunidades que tenemos. Y eso, en parte, tiene que ver con la negatividad. Todas las historias que leo sobre Google son de nosotros contra otra compañía, o cosas estúpidas. Ser negativo no es una forma de progresar”

Larry Page, co-fundador de Google, pronunció estas palabras en el discurso final del primer día de Google I/O 2013. Venía a decir que el mundo de la tecnología e Internet no necesita negatividad y rivalidades superfluas. Lo curioso es que mientras decía esas palabras los abogados de Google estaban trabajando en una carta de cease & desist en la que pedían a Microsoft que retirase su app de YouTube para Windows Phone antes del 22 de mayo.

El 7 de mayo, hace apenas dos semanas, Microsoft presentó una importante actualización de su aplicación oficial de YouTube para Windows Phone 8. La app desarrollada por Microsoft, como demuestran los comentarios de este post en Xataka Windows, recibió muy buenas opiniones por parte de los usuarios.

Sin embargo, pocos días más tarde Google decidió enviarle una carta a Microsoft en la que pide que la aplicación sea eliminada de la tienda de aplicaciones. ¿Por qué? Porque Microsoft desarrolló la app al margen de Google y sin atender a sus condiciones de uso. Unas condiciones que especifican la necesidad de permitir publicidad y la prohibición de la descarga de vídeos.

Nos encontramos así con la siguiente situación: Microsoft, que tenía que conocer dichas condiciones, hizo caso omiso. Google, aún perjudicando a los usuarios de Windows Phone que no tienen una alternativa viable para acceder a YouTube más allá del navegador, ha pedido a Microsoft que retire la aplicación antes del próximo miércoles 22 de mayo. Una situación en la que se produce un cruce de declaraciones poco agradable entre dos gigantes de la informática que no tienen una muy buena relación.
¿Quién sale perdiendo? Los de siempre

Estas batallas corporativas al final terminan perjudicando a los de siempre. A nosotros, a los usuarios. Nosotros somos los que nos quedamos sin poder acceder a una fuente de vídeo tan importante como YouTube por las desavenencias entre dos grandes y multimillonarias empresas. El afán de ambas empresas por defender sus propios intereses acaban perjudicando al usuario final, ese usuario que tantas veces es ignorado.

Creo complicado entrar a valorar quién tiene la culpa en esta situación. Si Microsoft por haber desarrollado una app sabiendo las condiciones de Google, o la empresa de Mountain View por ponerle trabas a Microsoft para hacerlo y no trabajar conjuntamente. 

Al usuario medio, sin embargo, estas batallas legales y corporativas no le importan. Lo que le importa es que, una vez más, es el principal perjudicado por una lucha en la que poco o nada tiene que ver.

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