Cinco profesiones del futuro en la órbita de las nuevas tecnologías


El mundo cambia, no es noticia. Y con él nosotros, y nuestros sueños. Qué alegría cuando nuestra sobrina, esa que se pasa dos tercios de su día enganchada a Twitter, Facebook, Instagram y cualquier otra red social que se le pone por delante, sepa que de mayor podrá dedicarse a ello y hacer de su vocación profesión.

Muchas de las conocidas como profesiones del futuro giran en la órbita de las nuevas tecnologías, donde los campos por explorar están ahora mismo en fase de expansión, esperando a que las generaciones venideras se zambullan para sacarles todo el partido. Si ahora existen educadores sociales y relaciones públicas, en unos años (se calcula que para 2015), cuando las relaciones sociales sean tan importantes como la buena presencia en una entrevista de trabajo, habrá ayudantes de networking, profesionales preparados para optimizar las relaciones virtuales de sus clientes.

En la misma línea, en un futuro no tan lejano, ya no solo necesitaremos médicos sino que también acudiremos a los nanomédicos, especialistas en herramientas y técnicas más pequeñas y menos invasivas que las actuales. Al margen del sector de la salud, todo el que se haga con una formación en el manejo de instrumentos nanotecnológicos retozará a sus anchas en el mercado laboral. Como muy probablemente lo hagan los (¡ojo!) arquitectos de realidad aumentada. ¿O qué pensábamos? ¿que íbamos a seguir ampliando el entorno virtual sin el asesoramiento de alguien que entienda los planos? Estos profesionales del futuro, que ya se están formando en universidades como la de Western (Australia), se ganarán el pan construyendo entornos virtuales en los que se simule el interior de una célula o el choque de partículas elementales. Casi nada.

Y del mismo modo que en algún momento de nuestra vida necesitamos un médico, una arquitecta, un electricista o al fontanero, con el avance de la tecnología acabaremos necesitando un técnico en domótica –el conjunto de sistemas que automatizan nuestra vivienda haciéndola inteligente– que se dediquen a diseñar y mantener estos servicios. O una experta en gestión de derechos digitales que en ese momento crucial de nuestra vida sea capaz de borrar de la red todas las huellas que llevan hasta nuestro no siempre impoluto historial digital.

Creada la demanda, no tardará en llegar la oferta. Estas son solo algunas de las profesiones de futuro que se empiezan a perfilar y ya hay mucha gente tomando buena nota.

Foto (cc): Winnie Liu

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