Lleva a tu equipo a buen puerto en 2014


¡Todos abordo! Ya tienes los objetivos de negocio listos y te preparas para comerte el mundo en 2014. No obstante, ¿cuentas con la tripulación correcta? ¿Has cumplido con tu responsabilidad de sacar lo mejor de ella? O mejor aún, ¿sabes sacar lo mejor de ti? Antes de emprender el viaje, revisa que todo está en su sitio… que lo importante no es llegar antes, sino saber llegar (y cambiar el rumbo oportunamente, de ser necesario).
Pese a mis 14 primaveras en el mundo laboral, este año tuve un aprendizaje enorme: que por más crisis que haya, son los empleados quienes ponemos a las empresas a prueba y quienes decidimos si estamos en el lugar adecuado. Si no te sientes a gusto en un lugar, entonces cámbialo (o cámbiate) y mejor hazlo rápido. Así eres responsable contigo mismo, así como con tus compañeros… porque no existen organizaciones buenas o malas, sino aquellas que se merecen a las personas que tienen.
En el avance hacia la transformación de las empresas a ser más “sociales”, debemos procurar no sólo gestionarnos a nosotros mismos, sino también a favorecer un entorno proclive al aprendizaje continuo, la colaboración y el crecimiento del conjunto. Esto se llama CULTURA (así de grande), y no es responsabilidad de un departamento, sino de todos. Ahora bien, cuando eres un gestor, esta responsabilidad se multiplica y debemos agregarle el arte de saber gestionar y encajar las piezas del equipo.
Repasando estas tres áreas de trabajo:
  • Gestión del “yo”: evalúa tus fortalezas y tus oportunidades de mejora. El único responsable de tu plan de carrera eres tú y las empresas son facilitadoras para alcanzar este objetivo. En la “suerte” de tropezar con la gente correcta (e incluso con la equivocada) está la base de la sabiduría. Observa y optimiza.
Consejo: como líder, es importante que conozcas cuál es el tipo de influencia que ejerces dentro de tu equipo, y así es como tú y tus colaboradores podréis alcanzar la mayor efectividad. En este post de Harvard Business Review sobre “Los ocho arquetipos de liderazgo”, se resumen los diferentes roles que un líder puede ejercer, los cuales deberás adaptar al contexto en el cual operes.
  • Gestión del “nosotros”: en los equipos, son necesarias las piezas correctas, en correcta conjunción. Es necesario entender las fortalezas y complejidades de las personalidades, pues en ocasiones no hay gente mala, sino que simplemente están en el lugar equivocado o existen frustraciones que debes atajar y así poder obtener lo mejor de ellas.
Consejo: consensúa una hoja de ruta (expectativas, tareas, plan de futuro) con tus colaboradores, pues es lo que te permite crear sinergia. Además, procura crear equipos en donde encajen las personalidades y estilos de trabajo. Good.co hace una interesante valoración de arquetipos de personalidad y la compatibilidad de estos entre sí, así como sus capacidades para encarar ciertos tipos de situaciones.
  • Fomento de un entorno colaborativo: en Tc, tenemos una máxima que prima en nuestra cultura organizacional y que ha sido palanca de nuestro crecimiento en los últimos años: queremos gente buena, buena gente. Las empresas sociales son aquellas en donde el conocimiento fluye libremente, y es clave la creación de ritos y costumbres en donde se valora el aprendizaje como una actividad relevante dentro de nuestro quehacer, así como el compartirlo con nuestros compañeros.
Consejo: es mejor orientar antes que restringir. Ayuda a tus colaboradores a sacar el mejor uso de las tecnologías sociales para su aprendizaje personal antes del organizacional, y tendrás una dialéctica de interés. Por otro lado, abre canales de comunicación y colaboración masivos e individuales; seguro que conoces el vasto potencial de plataformas. como YammerSocialcast o Salesforce (y así conectar a todo aquel que está en contacto con tu marca), pero no dejes de lado el “cara a cara”, esa fabulosa herramienta a baja escala que crea empatía y con efectos a largo plazo.
Los vientos para 2014 auguran mejoras económicas (o al menos eso quiero creer). Y mientras el dinero es un estímulo importante para captar el talento, son las motivaciones intrínsecas (propósito, autonomía y maestría) las que crean las verdaderas comunidades, grupos de personas cohesionadas por un interés u objetivo común. Cuando acabe la crisis, mejor asegúrate de retener al mejor talento; la vinculación con tus stakeholders internos también es importante.

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