La "Urgencia continua" es una trampa, Aprender a reducir la velocidad en nuestro mundo moderno tan acelerado




En nuestro intento de optimizar la velocidad, sacrificamos las cosas más importantes de la vida: buena salud, relaciones, experiencias significativas y autoaprendizaje.

Mientras estamos ocupados haciendo más trabajo, tachando cosas de nuestra lista, reaccionando a cosas urgentes pero sin importancia, nos perdemos experiencias que cambian la vida y que pueden sacar lo mejor de nosotros y hacernos mejores seres humanos.

"El deseo de centrarnos en varias cosas a la vez suele estar impulsado por la ansiedad: por la preocupación de que no tengamos tiempo suficiente para hacer todas las cosas que estamos convencidos de que tenemos que hacer para justificar nuestra existencia en el planeta", dice Oliver Burkeman en su libro, el autor de Cuatro mil semanas: Gestión del tiempo para mortales.

El trabajo no debe ser lo único que defina cómo utilizamos el tiempo.

Estar ocupado no siempre es mejor.

Cuando te adelantas a ti mismo, pierdes una parte de ti que te hace humano. Creas una desconexión que te deja vacío.

La desafortunada realidad es que muchas personas tienen menos opciones para ser más conscientes de cómo utilizan el tiempo. Pero eso no significa que estés atrapado. Puedes hacer algo con ese poco de tiempo que controlas.

La verdadera medida de cualquier herramienta de productividad es si nos ahorra tiempo para centrarnos en las cosas importantes de la vida.

Si necesitas desesperadamente controlar el tiempo, acabarás en una trampa de tiempo en la que tachas rápidamente las cosas sólo para despertarte a la mañana siguiente con más cosas que hacer.

"Es una ironía de nuestra vida moderna que mientras se inventa continuamente tecnología que nos ahorra tiempo, usamos ese tiempo para hacer más y más cosas, y así nuestras vidas son más aceleradas y agitadas que nunca", escribe Leo Babauta.


¿Tienes una insuficiencia crónica de tiempo?


Platón dijo una vez: "Nunca hay que desanimar a quien progresa continuamente, por muy lento que sea".


La verdad universal en la vida es que cómo gastas el tiempo es cómo estás gastando tu vida. Nunca hay tiempo suficiente para hacer todo.

La necesidad de tiempo (cuando se tiene una escasez crónica de tiempo) puede obstaculizar las relaciones significativas y causar estrés, lo que puede repercutir negativamente en la salud.

Bajar el ritmo no significa necesariamente que seas improductivo: significa ser más consciente de lo que haces y hacer bien las cosas esenciales sin agobiarte.



Si estás atrapado en la trampa del ajetreo, vale la pena medir cómo pasas tu limitado tiempo o por qué sientes que necesitas correr.

El problema de la vida moderna es que pasamos mucho tiempo tratando de mantenernos al día sólo para perdernos las cosas que realmente necesitamos para disfrutar de la vida.

Se puede progresar y seguir disfrutando de la vida. Es un acto de equilibrio que requiere una planificación deliberada.

Si te encuentras constantemente corriendo de una cosa a otra, aprender a estar más presente y ser más consciente de tus actividades puede ser exactamente lo que necesitas para recuperar el control.

Nada es tan urgente como tu salud. "Los hombres hablan de matar el tiempo, mientras que el tiempo los mata tranquilamente". dijo Dion Boucicault.

La vida puede convertirse rápidamente en una cadena infinita de cosas que hacer cada día.

A menos que rompas activamente la cadena y elijas experiencias diferentes o una nueva forma de pasar tu tiempo, salir de la trampa será increíblemente difícil.

Para ir más despacio, hacer las cosas de verdad y seguir teniendo tiempo para disfrutar de la vida, interrumpe tu rutina actual, prueba algo diferente hoy (aunque sólo sean 30 minutos).

Acepta un reto más presente, aprende nuevas habilidades eternas (empatía, escucha activa, resiliencia, establecer mejores conexiones, estar más presente y apreciar la naturaleza).

Aprende a romper la cadena de la actividad: crea un espacio en blanco deliberado en tu calendario y sintoniza con el silencio.

Revisa tu agenda y sustituye los compromisos que sacan lo peor de ti por actividades que saquen lo mejor de ti.

Cambia tu necesidad de llenar cada hora de tu día con trabajo. Necesitas una hora sagrada cada día.

¿Cómo pasarías el día de hoy si supieras que es el último? Reflexiona sobre lo que significa mucho para ti y saca tiempo para ello.

La vida puede ser mucho más si aprendes a ir más despacio y a empezar cada nuevo día intencionadamente más lento pero mejor.

"El tiempo y la salud son dos bienes preciosos que no reconocemos ni apreciamos hasta que se han agotado". dijo una vez Denis Waitley.

Apaga el ruido del mundo moderno y saca tiempo para ti.

Empieza a prestar más atención a dónde estás, a lo que haces y a lo que ocurre a tu alrededor. En un mundo tan ajetreado, reducir la velocidad es el antídoto contra el agotamiento.

Por: Thomas Oppong

Articulo original: “Time Urgency” is a Trap

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