Fotografía reconstructiva. Tecnología o ficción



Hay un momento en el cine o las series de televisión en el que los que saben algo de fotografía siempre se echan las manos a la cabeza. Seguro que la escena os suena. Suele haber uno o varios agentes del orden frente a un ordenador investigando las imágenes de una cámara de vigilancia.


En un momento determinado, el que está al mando dice algo como: ‘Ahí! Haz zoom sobre ese tipo. Más…más… ahora enfoca la imagen! Ese es nuestro hombre!’ Ni que decir tiene que el resultado en la pantalla es una foto perfectamente nítida y digna del book de un fotógrafo profesional. Bienvenidos a la fotografía reconstructiva, donde la magia del cine es un camino empedrado con píxeles muy finos.

Este tipo de escenas son habituales en muchas series de ambiente policíaco como CSI, donde las patadas a la tecnología están a la orden del día, pero también hay numerosos ejemplos en el cine. El agente Deckard protagoniza un momento similar en Blade Runner cuando utiliza un software en su casa no ya para mejorar la calidad de una foto, sino para navegar por el mundo de la imagen y mostrar una parte que en principio no estaba dentro del encuadre. Al menos el bueno de Harrison Ford tiene la excusa de trabajar en 2019.

Si Ridley Scott acertara, nos quedan cinco años para llegar a ese nivel de sofisticación fotográfica. Lo mejor del asunto es que es que es muy probable que en ese tiempo estemos manejando cámaras capaces de esos prodigios y alguno más.


Nokia Pureview. El secreto está en los píxeles

El primer problema al que se enfrenta cualquiera que quiera sacar información extra de una imagen es la resolución a la que la foto ha sido tomada. Si una imagen tiene cinco megapíxeles en formato 4:3 tiene 2581 × 1936 píxeles, ni uno más y ni uno menos. Esto significa que si vamos haciendo zoom acabaremos viendo un bonito tapiz de cuadraditos y esto, de momento, no hay software que lo mejore. Programas como Photoshop pueden afinar los tonos de esos píxeles para que los bordes parezcan más nítidos, pero no se pueden sacar datos donde no los hay. Si una cara está al fondo de la imagen y mide unos pocos píxeles no hay CSI ni replicante que valga. Es imposible de identificar.

La única excepción a esto es que la imagen haya sido tomada a una resolución muy alta. Hasta ahora, las resoluciones superaltas estaban restringidas a cámaras de fotos profesionales o para usos muy específicos como la investigación astronómica.

Ha sido un fabricante de terminales como Nokia el que ha roto esta tendencia con el Nokia 808 Pureview, un móvil casi experimental equipado con una cámara capaz de sacar fotos a 41 megapíxeles (38 efectivos) y darles un tamaño manejable gracias a un sistema de compresión propio en JPG. El sensor del Pureview mueve tantos datos que necesita de su propio procesador dedicado, pero es el primer paso hacia un mundo donde las imágenes tengan una resolución suficiente como para satisfacer los gustos de los detectives al cargo de casos importantes.


El problema del enfoque y la Lytro

El segundo obstáculo que se encuentra la fotografía reconstructiva en el mundo real es el enfoque. Las cámaras compactas suelen apuntar a un indefinido punto medio en el que todo sale más o menos enfocado, pero la regla dice que si enfocas a algo en primer plano, lo del fondo saldrá borroso y viceversa.

Este sistema de enfoque es el mismo que el de nuestros ojos, pero la ciencia ya ha dado con una manera de solucionarlo y el producto resultante no es otro que la Cámara Lytro. Este dispositivo no se basa en píxeles, sino en la información almacenada por cada rayo de luz.

En la práctica, es como si la Lytro tomara fotos en todos los planos tridimensionales que hay entre nosotros y los motivos que fotografiamos de manera que después podemos elegir el enfoque que mejor nos convenga.


Fotografiar detrás de las esquinas

El último avance técnico que nos acerca a 2019 es el de la cámara láser del MIT. Los del Instituto Tecnológico de Massachussets han creado una cámara capaz, literalmente, de captar lo que está fuera de nuestro campo de visión. Para ello dispara un haz láser que, al rebotar en los objetos situados, por ejemplo, a la vuelta de una esquina, perfila su contorno.

De momento, esta tecnología aún tarda mucho en procesar la imagen y el resultado no es muy fotogénico, pero es un comienzo. Si juntamos la resolución del Pureview, la capacidad de enfoque de la Lytro y la fotográfica tipo ‘sónar’ del MIT tenemos un avance de lo que pueden estar haciendo nuestros móviles dentro de cinco años. Si echáis la vista atrás y pensáis en cómo eran los móviles hace cinco años no suena para nada descabellado.

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