4 razones por las que los focus group no pueden competir con la experiencia digital

Los focus group muchas veces han terminado por considerarse el fracaso de las estadísticas fiables. Y es que es inevitable que la gente se comporte de forma diferente cuando alguien le mira, es la naturaleza humana, y es precisamente lo que ocurre cuando se hace un focus group.

Un focus group es algo caro, deficiente, impreciso y engañoso, al que se enfrenta directamente la prueba a través de experiencias digitales en su lugar. Pippa Nutt, vicepresidenta online y de medios en Canadá de Northern Lights Direct explica en DMNews por qué:


1. La gente se comporta de forma diferente cuando está debajo de un microscopio

El comportamiento de los sujetos de un estudio inevitablemente se ve alterado porque éstos saben que están siendo observados. Y si el responsable del estudio es consciente de que los sujetos se comportan de forma diferente, ¿qué validez tienen esos datos? Además, la persona que dirige el grupo influye sobre los resultados, especialmente cuando hay sujetos con una opinión formada sobre la dirección que creen que debería tomar el grupo.


Es inevitable. La naturaleza humana nos hace interpretar los signos más sutiles y reaccionar de acuerdo a ellos, lo que altera cualquier resultado. Y esto no pasa online, porque no sabemos necesariamente si alguien nos mira, haciendo que las reacciones sean más nativas, naturales y, como consecuencia, más válidas desde la perspectiva del marketing.


2. Las audiencias en los focus group no son un reflejo de la audiencia real, y menos de la audiencia online

Es imposible comparar el impacto o la validez del comportamiento de miles de visitantes a una web con un focus group de participantes que, primero tienen que querer participar, entrar en los criterios de selección y, también, caber en la sala que se ha reservado para tal propósito. Al final, la audiencia de un focus group es algo que se selecciona y para el que la gente tiene que querer entrar en esa selección.



3. Los resultados que se obtienen a través de un focus group no se pueden relacionar con una compra real

Las preguntas que se lanzan a un focus group siempre dejan demasiado espacio a la interpretación de los resultados y, por tanto, frenan la validez de esos datos. Además, la experiencia o la exposición a un producto o servicio no significa necesariamente que se vaya a comprar en algún momento. Realmente sería mucho más efectivo saber qué elementos o variaciones hacen que responda la audiencia y les lleva a la compra.



4. Los focus group ‘chupan’ muchísimo dinero

A las agencias les encantan los focus groups porque son algo caro que requiere mucha “inteligencia estratégica” en planificación y análisis. Además, las agencias pueden dedicar horas y horas sentadas tratando de analizar los datos que se han encontrado.

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