Sobre las nuevas tecnologías para conectar el entorno online con el offline en el punto de venta
Hasta ahora, la llamada digitalización del retail se limitaba a la introducción de sistemas automatizados de pago o pantallas interactivas para la visualización de productos o anuncios. No obstante, en estos últimos tiempos estamos asistiendo a una auténtica revolución en este ámbito, con la emergencia de una nueva generación de tecnología para el retail. Las premisas de este nuevo concepto son claras: conectar la información, las personas y sus dispositivos para ayudar a los compradores a comprar mejor y a los vendedores a vender más.
Distintos ejemplos de este nuevo concepto ya han salido a la luz. Es el caso del Sephora que, para facilitar el acceso a la información de los productos por parte de los clientes, colocó códigos QR en los productos del escaparate para que sus clientes pudieran acceder a sus características y leer las opiniones de otros usuarios. Otra conocida marca de ropa, Diesel, diseñó una acción para potenciar la dimensión social del fenómeno de la compra, con espejos en los probadores que permitían conectarse a Facebook para compartir la experiencia con los amigos. Burberry, por su parte, está utilizando la realidad aumentada en los espejos de sus tiendas, para mostrar información de producto cuando el cliente se acerca a un espejo.
Según apunta el estudio, podemos distinguir entre tres tipos de tecnología para el retail:
- ACT- (Assistive Consumer Technology): es la llamada tecnología para asistir a los consumidores durante el proceso de compra. Un buen ejemplo del uso de este tipo de tecnología son las Apple Stores, en las que el cliente puede, a través de sus dispositivos tablet, solicitar ayuda a un vendedor; escanear los productos con sus propios ‘idispositivos’ para tener más información y leer los comentarios de otros usuarios. La marca de ropa C&A también apostó por esta opción, colocando un contador de “likes” a todas sus perchas para que los usuarios pudieran elegir cuáles eran los artículos más populares de la tienda. .
- ART – (Assistive Retailer Technology): es la llamada tecnología para asistir a los retailers durante el proceso de venta y se puede materializa en la creación de experiencias de compra inteligentes que generan fidelidad por parte del cliente y desencadenan el llamado boca-oreja. Según el informe, la implantación de este tipo de tecnología en los concesionarios estadounidenses ha impulsado las ventas en un 35%. Además, los principales grandes almacenes de Estados Unidos, como es el caso de Nordstrom y J.C Penney, están desplegando este tipo de tecnología en sus espacios de manera progresiva. Es el caso de Neiman Marcus, cuyos vendedores disponen de una tecnología que les permite conocer los datos del cliente (CRM) para poder personalizar la experiencia de servicio.
- RETAILTAINMENT – (Consumer Entertainng Technology): aparte del desarrollo de tecnologías para asistir en el proceso de venta, también estamos evidenciando un crecimiento exponencial del llamado retailtainment – tecnología diseñada, no para asistir los compradores, sino para entretenerlos –. De hecho, la compra puede ser concebida como tarea, pero sin duda es también una actividad muy vinculada con el entretenimiento, la diversión y el ocio. Así pues, muchas organizaciones están introduciendo este tipo de tecnología para atraer a los consumidores y hacerles tomar parte en la experiencia de compra. Por ejemplo, el gigante del retail Walmart utiliza la realidad aumentada en una aplicación para Smartphone para dar vida a los juguetes disponibles en su sección.
Desde Social-Buy.com, ya apuntábamos en el e-book “Tendencias en Social Commerce 2013”, que la creación de puentes entre el mundo online y offline marcarán la agenda de muchas organizaciones durante este próximo año. Es más; ambos espacios deberán pensarse como un entorno de compra único, en el que los usuarios puedan establecer las combinaciones que consideren oportunas en función del momento, la necesidad y dispositivo que tenga disponible. Este informe pone en evidencia la necesidad de un cambio de paradigma ya que no se trata de una simple moda, sino de la manera en la que los consumidores ya están comprando y lo van a seguir haciendo en un futuro.
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